En la Alta Edad Media, la comarca jugó un papel esencial en la repoblación y desarrollo de la primitiva Castilla. En el siglo X, Fernán González, organizó políticamente la región, creando las siete Antiguas Merindades de Castilla. De su pasado perduran abundantes testimonios artísticos: dólmenes, pinturas rupestres, enterramientos en roca, eremitorios, castillos, torres, casas solariegas, palacios y un arte románico de gran calidad.

La Merindad de Sotoscueva, está formada por 27 pueblos, divididos en 4 términos. Nombraremos primero el de la Sonsierra, que es el formado por Quintanilla del Rebollar junto con El Rebollar, Herrera, Redondo (un verdadero vergel para el micólogo), Hornillalatorre, Barcenillas de Cerezo y el desaparecido pueblo de Cerezos.

En el término de Cinco Villas, se encuentra Bedón (el pico ,1088 m., que también lleva su nombre, fue observatorio de muchas batallas, entre ellas, la del 11 de noviembre de l.808, en la que el general francés Victor, derrotó al ejército del inglés Blake, en la Guerra de la Independencia), Pereda, Hornillayuso, Hornillalalastra y Cornejo.

En el término de La Jereta, podemos nombrar a Nela, Sobrepeña (posee uno de los hermosos miradores de nuestra Merindad. Desde su ermita de Nuestra Señora de la Paz, se pueden divisar pueblos y tierras pertenecientes a la propia Merindad y a las vecinas de Valdeporres y Castilla la Vieja), Cogullos, Quintanilla de Valdebodres (con estilo propio, es una de las localidades que mejor ha sabido conservar las muestras de arquitectura popular, con sus típicas casas montañesas, con solana de madera. Posee este pueblo en su plaza , una capilla con una imagen románica de la Virgen con el Niño sobre su pierna izquierda y un curioso molino que movía las aguas que salían de su Pozo del Infierno), Ahedo de Linares (toma el nombre, por la abundancia de hayas, en su zona), Linares, Villamartín de Sotoscueva (su iglesia, conserva abundantes vestigios de traza románica) y Butrera.

En el término del Valle, se encuentran, Quisicedo con un humilladero que nos indica, que por aquí pasaba el camino primitivo. Fue sede del Ayuntamiento y capital del valle. Villabáscones, este pueblo refiere su nombre a que fue fundada en los años de la repoblación por vascones o vascos y donde según cuenta la leyenda, fue aquí donde cogió un resfriado el mismísimo Cesar. Quintanilla de Sotoscueva, se puede contar como anécdota, que pese al su escaso vecindario, cuenta con 2 cementerios. Vallejo de Sotoscueva, con la ermita de San Pedro y San Pablo, que cuenta en su interior, con una imagen de Cristo, camino del Calvario, que fue traída de Méjico en el año 1721. Seguido, nos encontramos Entrambosrios, casi unido está La Parte y por fin llegamos a Cueva, último pueblo de los 27 que componen La Merindad.

La Merindad de Sotoscueva, enclavada en la zona subcantábrica, está formada por terrenos correspondientes al grupo mesozoico o Era Secundaria, con muestras de sus tres periodos: Triásico, Jurásico y Cretácico.

Existen restos de una "calzada", que seguramente hicieron los romanos en el Somo (es en estos montes, donde a finales del siglo pasado y principios de este, se conocía todavía la presencia de osos), con motivo de la guerra con los cántabros. Iba en línea recta, desde el alto de La Mazorra, hasta el alto del Somo y permitía a los romanos desalojar a los cántabros de los complejos kársticos de la zona.

El territorio en el que se sitúa la actual Merindad de Sotoscueva, tuvo su máximo esplendor durante la Prehistoria. En aquel tiempo, estaba dividida en Partidos que fueron: - Partido de Sotoscueva, lo componían: Quisicedo de Sotoscueva, Villabáscones, Quintanilla de Sotoscueva, Entrambosríos, La Parte, Vallejo y Cueva. - Partido de la Sonsierra: Hornillalatorre, Hornilla la Parte, Barcenillas de Cerezos, Cerezos, Redondo, Herrera de Redondo, Quintanilla del Rebollar y El Rebollar. - Partido de las Hornillas: Hornillayuso, Hornillalastra, Pereda. Bedón y Butrera. - Partido de Villamartín: Villamartín de Sotoscueva. - Partido de Cornejo: Cornejo. - Partido de Valdebodres ó Jereta: Ahedo de Linares, Linares, Cogullos, Quintanilla de Valdebodres, Nela y Sobrepeña.. Su riqueza consistía en la ganadería y explotación de los montes, en agricultura destacaban por la recolección de garbanzos, yeros, arbejos, cebada, centeno…

También se sabe, que la Merindad fue fondo marino, como lo prueban los innumerables fósiles hallados en el valle.

El número de habitantes en Sotoscueva creció hasta 1.600, año en que le afectó la peste. En el siglo XVII sufrió una profunda regresión y superada ésta, aumentó hasta el XIX. Hoy en día afectada por la emigración, el envejecimiento, la mortalidad y la caída dramática de la natalidad, se encuentra en una profunda crisis.

En las épocas prerromana, romana y visigótica, la población de Sotoscueva de origen cántabro, era muy escasa comparada con otras zonas de la península. Con la invasión árabe nuestra Merindad se convirtió en tierra de nadie, obligando a sus pobladores a esconderse en las montañas. Fue hacia el siglo IX, cuándo los cristianos deciden abandonar éstas y empezar a formar pueblos como Quisicedo, Cornejo, Butrera, etc. y otros ya desaparecidos como comentamos en otro apartado.

Apenas hay documentación sobre la demografía en Sotoscueva, hasta el Catastro del Marqués de la Ensenada, en el siglo XVIII, reinando ya los Borbones ó el Diccionario histórico, geográfico y estadístico de España, escrito por D. Pascual Madoz en la mitad del siglo XIX.

El siglo XIX, terminada la guerra Carlista, que tanto afectó al Valle, se cerró en la Merindad de Sotoscueva, con un importante crecimiento demográfico y económico, quizás debido a la construcción del ferrocarril.

Sotoscueva, como el resto de las Merindades, ocupó un espacio de transición entre los puertos cantábricos y la meseta. Sus habitantes se ocupaban en la arriería, mercados y ferias, como es claro ejemplo Bedón, que tuvo un pasado esplendoroso, ya que todos sus vecinos se dedicaban a estas empresas, seguido en menor medida por sus vecinas Hornillas. Su comercio era de productos básicos: vino, lana, garbanzos, cebada, harina, carbón, sardinas y sal.

Fuente: Sotoscueva Historia y tradición